El infarto agudo de miocardio es un cuadro coronario que se produce en el músculo cardíaco cuando las arterias que irrigan el corazón se obstruyen e impiden que les llegue oxígeno, produciendo necrosis, es decir la muerte de la zona afectada que la daña de forma irreversible.
Normalmente, el infarto de miocardio es provocado por un coágulo que impide a la sangre llegar hasta la musculatura cardíaca y el consiguiente aporte de oxígeno, con lo que se produce la muerte de las células. Así pues, el daño dependerá de la extensión del área muscular y la localización de la zona afectada.
Los signos y síntomas del IAM son, la opresión y dolor continuos en la zona del tórax con irradiación a los brazos, mandíbula, espalda, y dientes. Además se puede observar la falta de aire acompañada de dolor en el epigastrio. Además, observamos otros signos y síntomas como mareos, náuseas, tos... Asimismo, una de cada diez víctimas de infarto tiene como único síntoma el mareo y algunas personas, diabéticas pueden no tener síntomas típicos de infarto y cursa con poco o ningún dolor en el tórax.
Por otro lado, es muy frecuente confundir el infarto de miocardio con la angina de pecho, La diferencia radica en que, en la angina, la obstrucción coronaria no es total y solo parte del músculo cardíaco recibe menos cantidad de sangre.
¿Cómo actuarías si una persona sufre IAM o una angina de pecho?
En primer lugar, si la víctima estuviera consciente, pondremos en práctica la RCP. Sin embargo, si la persona está consciente, debemos procurar que descanse y llamar al 112. Debemos informar del estado de la víctima para que nos indique la actuación correcta. A continuación, sentaremos a la víctima en un lugar cómodo, con las piernas flexionadas y los hombros apoyados contra un respaldo Finalmente, consultaremos si puede tomar ácido acetilsalicílico (aspirina).
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