martes, 1 de diciembre de 2015

PARTO DE URGENCIA

La duración del embarazo es aproximadamente de 40 semanas. Por lo general, las embarazadas saben la fecha en la que salen de cuentas y tienen todo preparado para que el día que vayan a dar luz, ir rápidamente al hospital y parir con seguridad con médicos especializados. Pero pueden darse circunstancias en donde el bebé quiera salir antes y no de tiempo a ir a un hospital, por lo que debemos contaros como actuar en un parto de emergencia mientras no llega el equipo especializado.

En un parto de urgencia los dos peligros más importantes que podemos encontrarnos son: la asfixia del bebé o la hemorragia postparto de la madre.

El parto se divide en tres fases:
  • Dilatación: En esta fase empiezan las contracciones. Existe dolor abdominal de gran intensidad y cada vez más fuerte. Puede romper aguas y expulsar también tapón mucoso. El feto se encaja en la pelvis de la madre. El útero de la madre a medida que van aumentando las contracciones se dilata más.
  • Expulsión: Salida del feto, visualización de la cabeza hasta la salida completa de éste.
  • Alumbramiento: Se trata de la salida de la placenta.

Ante esta situación intentaremos llevar a la madre a un entorno limpio y tranquilo, y la colocaremos en decúbito supino con las piernas flexionadas y separadas. Nos lavaremos las manos y los genitales de la mujer, con agua y jabón. En esta posición de la madre observaremos cuánto ha dilatado. 

Tranquilizaremos a la víctima y la animaremos a empujar durante las contracciones y a relajarse entre éstas. Está totalmente prohibido presionar el abdomen de la madre, porque podría provocar grandes problemas en el recién nacido. 

Cuando visualicemos la cráneo del feto colocaremos una mano en su cabeza y nunca aplicaremos fuerza para su expulsión, simplemente lo acompañaremos. Con la otra mano protegeremos la zona del periné de la madre para evitar desgarros. Una vez que la cabeza del feto está fuera comprobaremos que el cordón umbilical no está enrollado en su cuello. De ser así, no nos escandalicemos, lo desenrollaremos lo antes posible y con mucho cuidado, para evitar que el niño se asfixie.

A continuación seguiremos sosteniendo al feto, mientras la madre sigue empujando para expulsarlo completamente. Hay que sujetar firmemente el cuerpo del recién nacido porque puede resbalar, ya que está cubierto de fluidos.

El feto en vez de salir de cabeza también puede salir de nalgas, puede resultar más difícil pero no se preocupe, mantenga la calma y acompáñalo igual durante su expulsión, como ya hemos dicho antes, nunca tirar del!! 


Una vez que el recién nacido esté fuera, lo abrigaremos y lo colocaremos sobre el pecho de la madre, para que así se regule su temperatura corporal.

Es la hora de cortar el cordón umbilical para que el feto pueda respirar independientemente. Le realizaremos dos nudos, uno en cada extremo, y lo cortaremos, siempre asegurándonos de que esa porción no late. Lo cortaremos con unas tijeras lo más limpias posibles y comprobaremos que no existe pérdida de sangre en ningún extremo. Un estudio confirma que "es mejor esperar a que deje de latir para que así le llegue más sangre al recién nacido para su adaptación al mundo".

Aproximadamente a los 30 minutos llega la fase del alumbramiento: la expulsión de la placenta. La madre volverá a notar contracciones, no necesitará ayuda, saldrá por si sola. Deberemos guardarla intacta para llevarla al hospital una vez que llegue la ayuda especializada. 

Qué debemos hacer sobre el recién nacido:
  • Deberemos verificar el estado de consciencia: observaremos si llora, si respira espontáneamente, lo moveremos con pequeños golpes. Si no responde, realizaremos las maniobras de RCP.
  • Antes de entregárselo a la madre, lo limpiaremos cuidadosamente, sobre todo la nariz y la boca. Lo abrigaremos, especialmente la cabeza, los pies y las manos, para evitar pérdidas de calor.
Todo esto es lo que debemos hacer y esperar a los equipos de emergencia. En cuanto a la madre deberemos vigilar continuamente si presenta alguna hemorragia en los genitales, ya que puede ser una complicación muy grave.


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