- Guantes de látex desechables.
- Antisépticos: povidona yodada, alcohol 96º, clorhexidina, agua oxigenada...
- Apósitos estériles: compresas y gasas.
- Algodón.
- Tiritas individuales de diferentes tamaños.
- Toallitas húmedas.
- Vendas de distinto material (gasa, elásticas...) y de diferentes dimensiones.
- Suero fisiológico 0,9 %.
- Puntos de aproximación.
- Esparadrapo hipoalergénico.
- Tijeras y pinzas.
- Bisturí.
- Rasuradoras.
- Agujas de distintos calibres (desechables).
- Jeringas de diferentes capacidades (desechables).
Algunas veces también cuentan con una serie de medicación entre la que encontramos:
- Analgésicos para aliviar el dolor de la víctima. Normalmente aspirina o paracetamol.
- Antiinflamatorios: ibuprofeno.
- Solución oral rehidratante.
- Antihistamínicos.
- Pomadas para quemaduras.
- Antieméticos (para náuseas o vómitos).
- Antiácidos (para acidez de estómago).
- Colirio.
Y después los hay mucho más completos, que además de lo anterior también contienen:
- Manta térmica.
- Ambú.
- Férulas para la inmovilización de fracturas.
- Collarín cervical.
- Mascarilla de reanimación cardiopulmonar.
Es recomendable que todo botiquín contenga además una lista de teléfonos de emergencia y un manual de primeros auxilios.
Consejos:
Deberemos hacer una lista con todo lo que contenga el botiquín y revisar con frecuencia el estado de los materiales (si están contaminados, sucios, desempaquetados...). Desecharemos cualquier material caducado o que esté en mal estado y repondremos todo lo que falte. Después de cada uso lavar, desinfectar o esterilizar lo que hayamos utilizado según protocolo.
El botiquín lo guardaremos en un lugar seguro, fuera del alcance de los niños, y nunca en un lugar húmedo o de mucha calor.
Todo lo que acabamos de contaros podéis encontrarlo en este pdf:
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